La situación socioeconómica actual no es muy buena para muchas
personas y para muchas empresas. En general, y en muchos países, en la
actualidad se esta viviendo una situación complicada y ello genera
múltiples problemas en múltiples ámbitos y uno de ellos es en el ámbito
de los impagos que sufren los profesionales freelance por parte de sus
clientes, un impago a los freelance por parte de sus clientes que está
en franco crecimiento en los últimos tiempos. Y es de este tema en
concreto (de los impagos de clientes a sus contratados bajo la modalidad
freelance) del cual hoy vamos a tratar en este artículo.
Se podría enfocar el tema desde distintos ángulos, se podría decir
que si la tan manida crisis afecta a muchos estratos, uno de los
estratos más afectados es el de los autónomos, el de los freelance, pues
la capacidad de resistencia de estos, el “músculo” financiero de estos
no es comúnmente tan elevado como para poder resistir fuertes impactos
de impago. También se podría enfocar desde la perspectiva de la
minimización del riesgo de impagos como ya se ha hecho en otras
ocasiones en este mismo lugar, o bien se podría plantear y enfocar desde
otros prismas y bajo distintos enfoques. Pero dada la situación actual,
es importante enfocarlo desde un prisma de como actuar frente al impago
ya producido, es decir, como proceder a reclamar al cliente.
Decir también y antes de entrar en concreta materia que el artículo
se podría centrar en desgranar legal y jurídicamente como reclamar un
impago, de entrar a valorar los derechos que nos asisten de sufrir un
impago y las disposiciones y consecuencias legales que imperan. Pero
quizá en lugar de ello, será más interesante para el pequeño freelance
que sufre un impago decirle como tiene que actuar (y abrirle los ojos,
sobre le conviene actuar, pues a veces el lógico enfado puede hacernos
perder la objetividad sobre la rentabilidad de actuar), que explicarle
todo el proceso legal a seguir, sin duda espeso y complicado y que
alejaría a este artículo del enfoque sencillo, accesible, dinámico y
práctico que pretende tener.
Bien, pongámonos en el caso de que hemos realizado una labor, un
servicio como trabajadores freelance para un cliente y que este no nos
abona nuestros servicios, ante estos casos primero debemos tener
distintas consideraciones:
Por supuesto, la primera y más obvia consideración es la necesidad de
contactar con el cliente de forma amistosa en distintas ocasiones para
verificar si realmente se trata de un impago intencionado y sin
intención de solución, o bien si se trata de un simple retraso en el
pago o de un impago no intencionado pero con voluntad de solucionarse en
sí que le sea posible. En el segundo y tercer caso, dentro de no ser la
mejor solución, probablemente siempre será más recomendable esperar y
pactar un pago retrasado o con facilidades de pago, que adentrarnos en
una pelea legal, costosa y de inciertas consecuencias, en el primero de
los casos la cosa cambia.
En el primero de los casos, en el caso de que el cliente moroso, lo
sea porque realmente quiere serlo y no tenga intención de remediarlo, en
este caso si que deberemos actuar en consecuencia, reclamando con toda
la corrección y respecto, pero con toda la fuerza y contundencia
posible. Siempre teniendo en cuenta que una reclamación de impago puede
resultar costosa y llevarnos tiempo y que de nosotros depende valorar la
conveniencia de reclamar o no, de insistir o no ante un impago, según
el montante del mismo y demás. Pues no vaya a ser que en la práctica nos
resulte más costoso en tiempo y dinero mantener e insistir en una
reclamación que lamentablemente desistir de ella si vemos que esta todo
perdido.
Destacar también que otro de los factores a tener en cuenta es el que
afecta a muchos freelance, es decir, el de si el cliente se encuentra
en el mismo país o no, el de si se ha realizado con prueba, es decir con
factura oficial o no (en todos los casos debería ser así, pero es obvio
que en la actualidad no es así en todos los casos de los freelance),
entre otros medios de prueba que nos permitan probar el impago. Pues es
claro que de estos factores puede también depender la viabilidad y la
conveniencia de adentrarse en profundidad en la reclamación o no.
Por último, y para el caso en el que todos los filtros pasados nos
indiquen la conveniencia y viabilidad de reclamar y una vez agotada la
vía amistosa de la reclamación (después de dos o tres llamadas o visitas
al cliente), procederá siempre enviar un Burofax con acuse de recibo
(la certificación de texto se puede dejar para más adelante si lo
requerimos en un supuesto proceso judicial), exponiendo los motivos del
escrito, el importe y concepto impagado y el plazo que le damos para
subsanarlo. Y si entonces el cliente no da visos de una solución será
aconsejable acudir a la vía judicial y no mantener ningún contacto
(incluso pudiera resultar contraproducente mientras estemos litigando)
más con él.